miércoles, 4 de junio de 2014

Volver a Nacer


Daredevil es quizás uno de los personajes que más flojera me producía de la casa de las ideas, siempre me lo imagine como un Batman a menor escala y por ello nunca me atreví a sumergirme en alguna de sus historias. Intentando saldar una deuda pendiente me puse con Born Again de Frank Miller, obra aclamada por los fans y la crítica como una de las mejores historias del hombre sin miedo. Así llego el momento de conocer un poco más de ese enmascarado del que poco sabia y que solo las buenas referencias de algunas personas que han tenido el gusto de adentrarse en su universo me hacían correr el riesgo, por fortuna me encontré con un personaje que sin ser demasiado interesante, proveía lo necesario para desarrollar una historia alejada de los cánones de las aventuras súper heroicas tomando de la mano una línea mucho más humana, con un personaje lleno de conflictos internos a los que Miller sabe sacarle provecho de la mejor manera.


Born Again inicia con un Matt Murdock que pasa por una mala racha en su trabajo, tanto como abogado como justiciero enmascarado, las cosas se pondrán aun peores cuando su eterno rival Kingpin se entere de su verdadera identidad gracias a la información de una antigua novia de Murdock que literalmente lo vende por una dosis de heroína. Esto desatara una oleada de malos momentos para Daredevil que poco a poco empieza a perder su identidad coqueteando con los límites de la locura, momentos que son magistralmente retratado por Miller el cual conduce al héroe por un camino tortuoso que desencadenara en el enfrentamiento que supongo todo lector quiere ver, Kingpin contra Daredevil. Este momento me sorprende demasiado porque sucedió cerca de la mitad del comic, y honestamente lo esperaba cercano al final, pero esto pasa a un segundo plano gracias a que Miller muy hábilmente, utiliza este enfrentamiento como punto de inflexión para la deconstrucción de un personaje agobiado por sus inseguridades personales que lo llevaran poco a poco a convertirse en la peor versión de sí mismo, llegando un  punto en el que no se puede caer más bajo, solo resta ponerse de pie y enfrentar la difícil tarea que es creer de nuevo en sí mismo en un cierre estupendo para el comic que en la parte final deja las puertas abiertas para lo que presumo serán grandiosas aventuras. 

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