Tras el buen sabor de boca que me dejo Bor Again di el salto de la casa de las idead hacia su archirrival D.C para poner con Batman Year One (1986-1987), comic que cuenta con el beneplácito general y que ya era justo sumergirme en las páginas que tantos elogios le habían acarreado al siempre listo Frank Miller, el cual sin duda se encontraba en su cima creativa, realizando un trabajo casi perfecto con un guion que recurre a los tópicos de la novela negra como guía de ruta para narrar los orígenes de dos miembros fundamentales de ciudad Gótica, el futuro comisionado James Gordon y el dandi convertido en héroe Bruce Waine. La historia inicia con la llegada de ambos personajes a ciudad Gótica, a los cuales les une un objetivo en común, proteger a la ciudad y limpiarla de la corrupción en la que se encuentra sumergida. No obstante sus camino no se cruzaran aún, siendo Gordon el primero en enfrentar las complicaciones de la ciudad al encontrarse con un cuerpo de policía que juega a dos bandas descubriendo rápidamente la manera cómo funcionan las cosas en la ciudad, todo esto gracias a su nuevo compañero el Detective Flash que rápidamente le “instruye” en cómo debe comportarse si quiere sobresalir en el cuerpo de policía local.
Otra ruta tendrá el incipiente héroe que llega tras 12 años de ausencia a la ciudad, tiempo en el cual se instruyo profundamente en diferentes campos del conocimiento a la vez que estudia múltiples técnicas de combate que lo ayudarían en su idea de convertirse en protector de la ciudad. Rápidamente Bruce se pone a trabajar y sale a inspeccionar uno de los barrios más peligrosos de la ciudad, allí librara un combate con un proxeneta que tras la intervención de la policía, termina con Bruce gravemente herido pero con la suficientes fuerzas para escapar del lugar refugiándose en su mansión donde casi desangrándose le pide a su padre muerto que le dé una señal que le permita continuar con su objetivo de salvar a la ciudad, en ese instante entra un murciélago por la ventana y es así cuando el hombre se convierte en héroe pronunciando esas palabras que todavía me emocionan: ..si padre, me convertiré en murciélago.
Tras encajar las fichas donde Miller las quiere, el guionista nos lleva por un necesario proceso de aprendizaje en el que el detective Gordon emprende una cruzada de un solo hombre para eliminar la corrupción del Departamento de Policía de ciudad de Gótica, lo que le acarreara más de un problema con sus compañeros que no ven con buenos ojos la manera como Gordon intenta exponer sus actividades extracurriculares. Allí es cuando el personaje toma otra perspectiva de la ciudad y de lo que significa vivir en ella, realizando una serie de actos (casi heroicos) que lo llevaran a estar en el ojo del huracán al debatirse entre el odio de su compañeros y los aplausos de los habitantes de la ciudad que ven es su figura un rayo de esperanza para tener una vida más tranquila. Algo similar ocurre con Bruce que ya ataviado con su traje de Batman se dispone a patrullar las calles de Gótica en busca de criminales a los que hacerles pagar por sus actos, es en estas escaramuzas donde vemos a un Batman falto de experiencia, cometiendo errores típicos de novato que se convierten en los mejores momentos del comic al acercarnos de una manera sumamente personal al nacimiento de un héroe que se caracteriza por su sangre fría y que en estas primeras de cambio se ve emocionado con los primeros pasos que forjaran su destino como héroe.
Irremediablemente ambos caminos se encontraran en las últimas páginas del comic cuando Batman se convierte en el objetivo de la policía de Gótica que no ve con buenos ojos las actividades del vigilante que ya ha puesto en jaque a varios de los peces gordos del crimen organizado los cuales secretamente controlan la mayoría de la miembros del escuadrón de policía que harán cualquier cosas por detener al encapuchado lo que propiciara que los dos héroes se una al contar un objetivo común que no es otro que proteger a la ciudad, en un cierre perfecto para la historia el cual es una invitación para los lectores que en otras colecciones podremos disfrutar con la historia de este par de adalides de la justicia.
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