viernes, 30 de mayo de 2014

El Ataque de las Hormigas Gigantes


Tras la segunda parte del la galería de portadas del magazine alemán Utopia que por azares del destino se convirtió en una edición repleta de bichos del espacio exterior no pude sacarme de la cabeza imágenes de bichos gigantes invadiendo la tierra, entre todas ellas siempre fueron recurrentes las hormigas gigantes de Them! (1954), película dirigida por Gordon Duglas en pleno furor del peligro atómico producida por la carrera nuclear de la guerra fría. Esta situación propicia el trasfondo para que Gordon nos introduzca poco a poco en una historia que despunta casi a modo de thriller con un grupo de policías que encuentran una niña en estado de shock la cual no sabe cómo ni cuando llego allí. El misterio se amplía con los reportes de extrañas desapariciones en los alrededores que ponen en estado de alerta al sargento Peterson el cual decide tomar un grupo de hombres para investigar el lugar donde apareció la niña, encontrando, para su sorpresa, que las hormigas de la zona han mutado gracias a las pruebas nucleares que el ejército norteamericano ha realizado en esa parte del país, convirtiendo a los inofensivos insectos en gigantescas maquinas de destrucción que se esconden en un enorme hormiguero en el cual almacenan los cuerpos de sus víctimas para poder alimentarse de ellos. 


Tras este primer acto, en el que Peterson y sus hombres nos revela la naturaleza de la amenaza, la película entra directamente en el terreno de la ciencia ficción con un aparte que es un chicle del género pero que a mí en particular me encanta y es la consulta con los científicos de turno, en este caso  representado por el profesor Meldfor y su hija que servirán de apoyo técnico para Peterson explicándole la mejor manera de deshacerse de la amenaza mutante. Así empezaran los primeros ataques al nido de la hormigas que serán bombardeadas con altas dosis de insecticida, pero para desgracia de los humanos dos hormigas reinas escapan del lugar expandiendo la amenaza a otros lugares del país en el que los casos de desapariciones están a la orden de día, lo que precipitara la irremediable participación del ejercito de los Estados Unidos que descaradamente se hacen los de la vista gorda ante las acusaciones por parte de un sector de la población que asocian las mutaciones de las hormigas con las pruebas atómicas realizadas por el gobierno norteamericano. Este aparte es aprovechado magistralmente por Gordon para introducir algunos comentarios en los que se critica al gobierno establecido y su posición frente a eventos que perjudiquen su imagen, en especial lo que se refiere a la campaña armamentística que se vivió durante el periodo de la guerra fría la cual sin duda es la culpable de terror atómico reinante en esa época. 


Todo esto prepara el terreno para el inevitable enfrentamiento entre las hormigas gigantes y el ejercito humano que armado hasta los dientes defiende a la población de la periferia de las ciudades, lugar en el que inicia el ataque insectoide, regalándonos una seguidilla de escenas memorables que a pesar de los años aun resultan igual de estimulantes como hace 50 años, en especial por ese espantoso sonido que identifica la llegada de las hormigas y que aun ahora, tras una nueva visualización, me hace saltar del asiento viendo como esas tenazas gigantes acaban con los parroquianos descuidados que no saben que no deben salir de casa cuando se está viviendo una invasión de hormigas gigantes, aunque estas estén condenadas a morir, porque no nos engañemos, era claro que los humanos se quedarían con este batalla, pero no sin antes dejarnos un mensaje de advertencia en el palabras del profesor Meldfor el cual al finalizar la película se pregunta si esta será la última catástrofe que el uso de la energía atómica produzca a la humanidad. 

                                       

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