Las primeras décadas del siglo XX son un hervidero de especulación científica increíblemente interesante que tomaban las revistas del mundo académico para divulgar sus más irrisorios proyectos. Una de las primeras en introducirse en el mundo de la divulgación científica fue Science & Invention (antes conocida como The Electrical Experimenter) comandada por el ingeniero eléctrico Hugo Gernsback un adalid de la especulación científica que publicaba en las páginas de su revista artículos que no solo informaban sobre los últimos avances científicos sino que además promovía el uso de la ciencia en la solución de problemas cotidianos realizando constantes concursos en los que se invitaba a los científicos amateurs lectores del magazine a que enviaran sus ideas para mejorar la vida humana. Así es como me encuentro con la ilustración que acompaña el post la cual representa una de las ideas enviada por un lector el cual promovía la construcción de gigantes submarinos para solucionar el problema de la superpoblación de las grandes ciudades.
En la información enviada a la revista especificaba que estas monstruosas maquinas deberían tener ochocientos metros de altura y que fuesen equipadas con ruedas de tanques lo que convertiría el submarino en un vehículo anfibio, supongo que esta información es la que toma como base el ilustrador que convirtió la idea hilvanada para ayuda de la humanidad en una maquina de destrucción masiva que no teme salir de paseo y destruir todo lo que se encuentre a su paso con sus poderos rieles y sus múltiples cañones. Me pregunto si esta visión de ayuda para la humanidad es la política de Science & Invention o es más un movimiento ilustrador que toma la información proporcionada por la revista para crear esta bestia steampunk. Quiero creer que es más un asunto del gusto pulp del artista que queda en el anonimato al solo poner parte de su nombre en la portada negándonos la posibilidad de conocer mucho más de su trabajo
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