Continuo saldando deudas pendientes con el cine de los 80´s, esta vez es el turno para Prince of Darkness (1987) película dirigida por John Carpenter que hace parte de la apócrifa trilogía del apocalipsis junto a The Thing (1982) y In the Mouth of Madness (1995) en la que nos narra una historia simple pero a la vez eficaz que inicia con una secuencia en la que un sacerdote muere en su cama abrazando un cofre, este es investigado por Donald Pleasence, un habitual en la filmografía de Carpenter que en esta oportunidad encarna a un sacerdote que revela los secretos que se esconden tras el cofre, se trata nada más y nada menos que la llave de una gruta en una iglesia abandonada en la que se esconde un cilindro que contiene un liquido a modo de caldo primordial de la que surgiría el mal absoluto. Para investigar este extraño cilindro Pleasence contactara con un experto en metafísica, el profesor Birack que es interpretado por otro viejo conocido de Carpenter Victor Wong, el cual reclutara a un grupo de los mejores alumnos de la universidad en que trabaja para que lo asistan durante la investigación, en este grupo nos encontramos con otra cara conocida del espectro Carpenteriano, se trata de Dennis Dun recordado por ser el amigo de Kurt Russell en la mítica Big Trouble In Little China y que es esta oportunidad realiza un papel secundario interpretando a un estudiante fastidioso.
La formación del grupo y su posterior instalación en la iglesia abandonada son el punto de inflexión de la película que a partir de ese momento se va cargando de tensión, en una buena jugada por parte de Carpenter que premia la sensación de claustrofobia al introducir a un grupo de indigentes que son aparentemente controlados por las fuerzas del mal y que no permitirán que nuestros intrépidos científicos puedan salir de la Iglesia. Es entonces cuando las cosas se ponen oscuras para nuestros protagonistas pues sumado a la imposibilidad de salir del lugar, el liquido empezara a reaccionar y uno a uno los miembros del equipo caerán bajo su influjo, lo que precipita un desenlace en el que un puñado de sobrevivientes harán frente al mal que intenta ingresar a este mundo. Son estos momentos finales lo que más destaca de la película que si bien es una obra menor comparada con otros trabajos de Carpenter, puede resultar muy entretenida, además ese final escalofriante que te deja con la mente fuera de sí, te hará mirar hacia los lados y asegurarte de que te encuentras solo y que no anda por ahí rondado el mal encarnado.
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