Solo dos años después del lanzamiento de la bomba atómica en las ciudades de Hiroshima y Nagasaki la compañía Cereales Kix lanza el anillo de la bomba atómica conocido como El Llanero Solitario, que se compone de un espintariscopio el cual cumple la función de detectar partículas alfas que al chocar con la pantalla fluorescente que se encuentra dentro del visor que trae el anillo representa la fuerza de una explosión atómica. Así es como los niños podían llevar en sus manos una pequeña muestra del poderío científico humano en forma de cohete que contenía partículas de elementos radioactivos como uranio, radio o carnotita que eran obsequiados en paquete de cereales en una clara muestra de la inocencia de la compañía al introducir estos juguetes en un entorno infantil, sin embargo se puede detectar un subtexto mucho más interesante y es la educación de la juventud norteamericana en el uso de elementos radioactivos preparándoles para un eventual futuro en el que la energía atómica dominaría el mundo.
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