sábado, 21 de septiembre de 2013

The Death Ray


The Death Ray (2011) es la singular visión de la formación de un superhéroe por parte de Daniel Clowes, historietista conocido por obras como Ghost World (1997) o David Boring (2000) y que esta oportunidad nos presenta un cómic publicado en el último número de su serie Eightball (1989-2004) protagonizado por Andy, un joven solitario que se pasa los días junto a su mejor amigo Louie, que parece ser la única persona que lo entiende y con quien se siente más cómodo tras la muerte de sus padres. Un día cualquiera Andy empieza a fumar, este es el detonante para el despertar de sus poderes y lo que esto trae con sigo, algo así como ..todo gran poder conlleva una gran responsabilidad  filtrado por las obsesiones habituales de Clowes que relata con singular gracia la soledad y el hastió adolescente. 


Con este planteamiento inicial Clowes nos lleva de la mano por un cómic que juega con diferentes arcos argumentales, utilizando una narración a partir de pequeños relatos auto conclusivos que van dando forma al camino que Andy debe recorrer para forjar su identidad; es aquí donde su mejor amigo juega un papel fundamental en la construcción del mito del rayo mortal, que no es otra cosa que una pistola de rayos láser capaz de vaporizar cualquier cosa que se le ponga en frente, la cual Louie terminara utilizando a conveniencia  convirtiéndose en un paria de los poderes de Andy que con su frágil mente sede ante la presión de una responsabilidad de tal magnitud entorpeciendo poco a poco su vida, con momentos casi psicóticos que Clowes narra de manera magistral y que no hacen más que producir simpatía en lector.


Finalmente el apartado gráfico es muy Clowes, la construcción visual de los personajes son de la marca de la casa, aunque cabe mencionar los diferentes tipos de diagramación que emplea al presentar historias en la típica cuadricula, o plasmar imágenes que ocupan una sola página en la que los textos sirven de engranaje para la historia los cuales encajan a la perfección con la tormenta de colores que pululan por la obra que recuerda poderosamente los cómics clásicos de Steve Ditko del que siento que Clowes se inspiro en parte para la creación de este cómic que sin ser tan popular está entre los mejores trabajos de uno de los autores más interesantes de los últimos veinte años.

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