Slither

Un pequeño pueblo de la américa profunda es el epicentro de Slither (2006), opera prima de James Gunn que antes de ponerse frente a las cámaras había firmado el espectacular guion de Dawn of the Dead (2004) de Zack Snyder y que en esta oportunidad nos regalaba una obra con aroma a todas esas películas de los ochentas que pasaban a media noche en la que un monstruo procedente del espacio exterior aterrorizaba una comunidad hasta que él listillo del pueblo, de manera casi casual, descubría su debilidad y se convertía en el héroe del día y  por supuesto Slither es eso y mucho más, no solo cumple con los tópicos de las monster movies que llenaban los estantes de los videoclubs en épocas pasadas, si no que los magnifica sin caer en el cliché, aportando una visión propia a un género casi extinto por estos días.

Bill Pardy interpretado magistralmente por Nathan Fillion es el sheriff que se encargara de luchar contra la amenaza espacial en forma de parásito con aguijón que llega al pueblo en un meteorito; el primero en encontrar a nuestro amigo espacial es el Sr. Grant terrateniente del lugar representado por el siempre “malo” Michael Rooker que sufrirá las consecuencias de encontrarse con lo desconocido, pasando de ser un típico redneck a una especie de “hombre pulpo” con un apetito voraz por la carne humana, regalándonos una de las escenas más bizarras que haya podido ver al optar por la vida familiar dejando embarazada a una de sus victimas para así cumplir su sueño de ser padre de miles de parásitos, los cuales al nacer se encargaran de propagar la infección por todo el pueblo, es en este momento donde el sheriff Pardy acompañado de los secundarios de turno intentaran detener la plaga y rescatar a la doncella en problemas, encarnada por una muy decente Elizabeth Banks. 

Hombre pulpo del espacio exterior 

Con una historia rocambolesca como la que nos presenta Slither es difícil no sentirse atraído hacia un producto repleto de diálogos imaginativos, toques de mala leche, humor socarrón y como no, la acostumbrada dosis de gore tan necesaria para  este tipo de películas, la cual  cumple su objetivo que no es otro si no regalarnos hora y media de puro y simple entretenimiento, yo por lo menos la disfrute un montón.