Estoy dispuesto a asumir la responsabilidad del destino del Estado si los compatriotas me brindan tan alto honor. Solo yo puedo devolver a la República su antigua gloria imperial.
-Darth Vader tras lanzar su candidatura a la presidencia de Ucrania-
Tras la destitución del presidente ucraniano Víktor Yanukóvich como resultado de las cruentas protestas que dividieron al país entre europeístas y la alianza prorrusa en la serie de manifestaciones y disturbios conocida como el Euromaidán, el país quedo en vilo al ver que como las riendas de su nación quedaba en el aire, por esto el Comité Electoral Central (CEC) llamo rápidamente a elecciones en la cual se han inscrito 24 candidatos entre los cuales figuran como favoritos el empresario del chocolate Piotr Poroshenko y la exprimer ministra Yulia Timoshenko, pero desde el lado oscuro de la fuerza surgió el nombre de Darth Vader como candidato del Partido de Internet Ucraniano UPI que celebro primarias internas con una victoria aplastante del camarada Vader que fue presentado por el líder del partido Dimitri Golubov como candidato oficial del partido el cual deposito gustosamente los 2.5 millones de grivas (unos 230.000 dólares) necesarios para ser tomado en cuenta durante las elecciones presidenciales ucranianas en las que Darth Vader es una opción real para hacerse con el cargo más importante del país. Desde ya insto al pueblo ucraniano a participar sin falta en los próximos comicios y depositar su voto por el señor oscuro para así poder ser testigos del resurgimiento del imperio sith.
Los últimos años el cine postapocalíptico ha vivido un resurgir inimaginable plagando las pantallas con películas que exploran la posibilidad de un futuro en el que la humanidad (o lo que queda de ella) se enfrentan a un nuevo resurgir. Debo reconocer que esta temática en particular me encanta, ya sean comics, libros, videojuegos o películas, intento devorar todo lo que se me cruce por el camino que plante un nuevo start para la humanidad. Con esta idea me acerque a Snowpiercer (2013) película dirigida por Bong Joon-ho que ya nos había regalado anteriormente una pieza de colección con The Host (2006), una visión moderna del cine de monstruos japonés o como es conocido allende los mares Kaigu Eiga en el que una monstruo marino aterrorizara la ciudad de Seúl en una mezcla atípica de comedia, drama y horror con un resultado sencillamente sensacional.
Para esta ocasión Joon-ho deja de lado los monstruos gigantes para retratarnos una historia basada en la novela gráfica francesa Le Transperceneige escrita por Jacques Lob y Benjamin Legrand e ilustrada por Jean-Marc Rochette, publicada en 1984 alcanzando cierto éxito dentro del territorio francés pero no demasiado como para salir de sus fronteras, tanto así que hasta ahora no ha sido traducida a ningún idioma y por ahora nos deja con los dientes largos a la espera que algún editor lo suficientemente listo para aprovechar el tirón de la película espabile y se ponga en pos de la traducción. Sera entonces esta publicación francesa la piedra angular del guion escrito por el mismo Joon-ho, que nos traslada a un mundo en el que el calentamiento global amenaza con la extinción de la humanidad, por esta razón el planeta entero se une bajo la idea de solucionar el caos climático con la aspersión de un agente químico en la atmósfera capaz de producir el suficiente frió para reorganizar la temperatura, pero las cosas se salen de control cuando la cantidad de frió producida es muy superior a la esperada generando rápidamente una nueva era glacial en la que los únicos sobrevivientes son un grupo de humanos que viven un tren que recorre el planeta entero como medio de escape para contrarrestar las fuertes temperaturas.
La historia nos trasladara entonces diecisiete años más tarde en las que vemos como el tren es un reflejo de la sociedad del pasado con la clase baja en la cola del tren, la cual es explotada constantemente por la clase poderosa que viaja en los primeros vagones con todo tipo de excesos y comodidades. Por supuesto esta situación es un hervidero de resentimiento que se verá reflejada en la rebelión que se cuece en la parte final del tren encabezada por Chris Evans en papel de Curtis que busca desesperadamente hacerse con el control del motor principal para así lograr dominar por completo el tren con el fin de mejorar las condiciones de vida de los de su clase.
Por supuesto las cosas no serán fáciles para nuestro aguerrido protagonista que en el camino se encontrara con serias dificultades para avanzar, tomando vagón por vagón en una seguidilla de escenas de luchas encarnizadas y sangrienta que me dejaron sin aliento ante la cantidad de violencia gratuita proporcionada por el director que enfrenta al ejército del señor Wildford que funge como la cabeza visible de la clase alta y que será el enemigo a vencer y los aliados de Curtis que contaran con la ayuda de Namgoong Minsu un antiguo ingeniero encargado de la seguridad del tren que acompañara a Evans durante su recorrido hasta llegar a la cabeza del tren en el que se nos revelara la verdad que oculta el Snowpiercer en una trama final muy bien desarrollada y que me dejo sumamente satisfecho al ver una película que no solo se sustenta en el hecho de hacer un fuerte crítica social para el agrado del público y la crítica, si no que aprovecha esta situación para realizar una obra de género, que busca atreves de la violencia en pantalla, retratar la verdadera naturaleza del ser humano.
Actualización
Me escriben al correo androide informándome que la editorial española Bang Edicionespúblico la obra de Jacques Lob y Benjamin Legrand bajo el nombre de Rompenieves, me dispuse a investigar y efectivamente el comic fue publicado en noviembre de 2006 con un primer arco argumental llamado El Fugitivo que nos plantea una historia un tanto diferente a la película en cuanto a personajes protagonistas se refiere, pero que mantiene la misma premisa del tren en medio de un futuro congelado. Pero como si fuera poco me entero que Bang también ha publicado la continuación de la historia realizada por Legrand en solitario tras la muerte de Lob que engloba dos arcos argumentales, El Apeador y La Travesía los cual plantean la existencia de un segundo tren y de un grupo de sobrevivientes que envía señales a ambos trenes. En el papel este segundo volumen cerraría la historia creada en 1984 por el par del titanes del comic francés los cuales espero leer pronto para así de una vez por todas saber que destino tuvo la humanidad.
Mulder: Soy la figura clave de un complot gubernamental, el complot para encubrir la verdad acerca de la existencia de vida extraterrestre. Es una conspiración global con miembros claves en los más altos niveles del poder que afecta la vida de todos los habitantes en este planeta. Por supuesto, nadie me cree. Soy una molestia para mis superiores, una broma para mis colegas. Me llaman espectro. Espectro Mulder, cuya hermana fue secuestrada por extraterrestres cuando era un niño y que persigue a pequeños hombrecitos verdes gritando a cualquiera que quiera escuchar que la fecha está fijada, que el cielo se está cayendo. Y cuando eso suceda va ser la tormenta de mierda más grande de todos los tiempos.
Camarera: Bueno, yo diría que con esto basta, espectro.
Mulder se va de copas tras saber que Scully salta del barco y abandona los Expedientes X por presiones de los dirigentes del FBI que separan a nuestra pareja favorita, dejando así a Mulder solo en su cruzada por descubrir la verdad. Ante esto nada mejor que irse al bar más cercano y ponerse ciego de alcohol regalándonos uno de los mejores momentos de The X-Files: Fight the Future (1998) en la que el agente especial resume prácticamente la trama de la serie en un dialogo cargado de sinceridad y que hace que me quite el sombrero ante el infatigable Chris Carter que supo regalarnos a los fanáticos lo que veníamos pidiendo por años, respuestas!, pero como un buen producto que busca explotarse al máximo, Fight the Future nos planteó nuevos interrogantes que nos harían quedar pegados unos años más a la pantalla acompañando a nuestros protagonistas en su cruzada en pos de la verdad para beneplácito de millones de seguidores que pudieron vibrar con el final de esta maravillosa historia, por eso levanto mi mano y brindo por ello.
La tira que odiaba Ellsworth en especial la segunda viñeta que deja mucho que desear
Esta contundente frase fue pronunciada por Fredric Whitney Ellsworth uno de los editores más fieros de DC Comics que no estaba de acuerdo con una serie de tiras propuestas por Joe Shuster en las que las poses del último hijo de Krypton eran poco masculinas las cuales según Ellsworth, se acercaban mucho más a los ademanes de un homosexual que a la imagen de hombre rudo que se buscaba proyectar con la tirilla de prensa. Esta maravillosa información está consignada en una carta que el editor de DC envió a Jerry Siegel, -amigo incondicional de Shuster que se encargaba del guión de la tira semanal- la cual salió a la luz durante el juicio en el que los creadores de Superman demandaron a la National Allied Publications (antigua DC Comics) por los derechos sobre la propiedad intelectual. Finalmente tras una serie de encontrones verbales entre Ellsworth y el equipo creativo que daba forma a Superman, en los que según se dice se sacaron chispas, los artistas optaron por cambiar la forma de dibujar al hombre de acero llevándola hacia la figura corpulenta que conocemos hoy día dejando de lado la aproximación mucho más real que buscan realizar condenando eternamente a Superman a inflarse con esteroides para el beneplácito del editor de turno.
La ciencia ficción pulp es uno de los temas que más fascinación me produce, en especial la que se refiere a la conquista del espacio que es uno de los nichos más grandes de especulación científica desde 1930 hasta 1950, nutriendo cientos de magazines y revistas especializadas que atrapaban a sus lectores con historias de valientes hombres que se atrevían a cruzar las fronteras del espacio en busca de nuevos planetas por explorar en los que sin duda alguna se cruzaran en el camino de extrañas criaturas y magnificas civilizaciones que los harán vivir increíbles aventuras. Una pequeña muestra de esto la podemos ver en la siguiente galería compuesta por portadas de Vargo Statten Science Fiction Magazine y Practical Mechanics, dos de las publicaciones que exploraron recurrentemente la ficción pulp desarrollando perspectivas diferentes, por un lado la Vargo se dedicaba a la ciencia ficción pura y dura mientras que la Practical Mechanics desarrollo su enfoque hacia la especulación científica, creando entre ambas una fuente inagotable de referencias pulp dignas de reivindicar.
La década de los 80´s permitió al cine de género explorar cualquier tipo de temática por descabellada que pareciera, una de las que vivió cierto auge fue la de pequeños monstruos que invadían pequeñas poblaciones para aterrorizar a sus despistados pobladores. Los Critters (1986) son quizás los más representativos de este subgénero que combino eficazmente el terror con el cine de aventuras en una película que asustaba poco pero que divertía sobremanera gracias a la personalidad socarrona que caracterizaba a las criaturas espaciales que habían venido a la tierra para alimentarse con los siempre incautos humanos.
Algo de esta idea nos venden el poster original que presenta un par de meteoritos que cruzan el cielo en plena caída en las cercanías de una granja que les servirá a los critters de restaurante privado sobre la cual se puede leer una frase que hace referencia al origen espacial de la amenaza hambrienta que se avecina con la clara intención de emparentarla la película con hermanas mayores como The Thing (1982) o Alien(1979).
Tras estrenarse la película los productores se dieron cuenta que era un error promocionar la película como una obra de terror al uso, lo que estaba llenando las salas era los monstruos y esto es lo que había que vender, así rápidamente Critter paso a ser una monster movie a la cabeza de los inclasificables seres que adornaban el nuevo poster.
Tras su paso por el cine, el video fue el nuevo nicho para explotar, gracias al auge de los videoclubs que se estaban convirtiendo en una oferta tan válida como las salas cines. Por supuesto este mercado permitía tener más concesiones a la hora de vender la película, me imagino que esta fue la razón por la que la tapa de los primero videos salió con esta caratula más cercana a la literatura pulp de ciencia ficción con la familia protagonista en primer plano acompañada de los caza recompensas espaciales que les custodian de la amenaza que yace bajo sus pies.
Esta misma libertada se daría en el mercado domestico latino con una caratula mucho más descabellada que la anterior en la que vemos a uno seres espaciales más extraños aun que los mismos critters, los cuales presumo serán los caza recompensas de la película, que en la imagen son acompañados por un par de fotogramas que no tienen sentido alguno y que no representan ningún momento crucial de la película sumadas por supuesto a la presencia del infaltable critter en un collage digno de reivindicar gracias a su extrañeza y espíritu serie b.
William Gibson escribió en 1984 Neuromancer, obra fundacional del cyberpunk con la que obtuvo el premio Nébula y el premio Hugo a la mejor novela, lo que aparentemente la acreditaba bastante bien. Con esta idea me acerque al libro de Gibson con las expectativas muy altas entusiasmado por encontrarme con una obra que tenía el beneplácito, tanto de la crítica como del público. Lastimosamente la experiencia de su lectura fue todo lo contrario a lo previsto, me encontré perdido tempranamente en un texto que parecía no tener un hilo conductor definido y que me hacia regresar paginas atrás para encontrar un punto en el que pudiera retomar la idea que crecía en mi cabeza, algo como un punto de guardado videojuegil. La trama en teoría no resulta demasiado compleja, tenemos a nuestro protagonista Case, un cyber cowboy a quien se le ha extirpado la habilidad de conectarse con el ciberespacio, y al ser Case uno de los mejores en su trabajo esta falta de habilidad lo ha denigrado por completo convirtiéndolo en un criminal de poca monta hasta que su camino se cruza con Armitage, un misterioso ex militar que le ofrece regresarle su habilidad si acepta realizar una misión especial para él. Este será el detonante para una serie de aventuras que nos llevara por diferentes países en los que conoceremos a una sexy guardaespaldas llamada Molly que en lugar de ojos tiene implantados lentes de alta tecnología y que posee la habilidad de generar afiladas cuchilladas de bisturí en sus dedos en una especia de Yuriko del tecnomundo además de ser testigos del cruel enfrentamiento de Case y sus aliados con un poderoso clan industrial que domina una extraña ciudadela espacial en lo que nada es lo que parece y guarda un terrible secreto en sí misma. Lastimosamente esta premisa que suena increíblemente atrapante es convertida por Gibson en un puzlze confuso como pocos que parece no tener solución alguna el cual me dejo con un montón de vacíos al terminar el libro preguntándome si de verdad estaba leyendo el famoso Neuromancer y no una novela de un autor desconocido que fundamentaba su trabajo en una serie de referencias pretenciosas que solo hacen que la historia se mueva tan lentamente que termina por derrumbar hasta el mayor de los entusiastas.
Allan Moore es uno de los nombres que siempre estarán relacionados con el mundo del comic, su trabajo como guionista ha sido ampliamente reconocido por propios y extraños que ven sus obras como elementos que rompe las barreras de lo establecido, produciendo comics que siempre resultan, por lo menos, curiosos de disfrutar. Un caso particular para mí lo constituye The League of Extraordinary Gentlemen cuya premisa resulta brillar con luz propia sobre sus otras obras, y no es que este diciendo que este sea su mejor trabajo, pero en mi caso ha sido con el que más he disfrutado, mucho más que con V for Vendetta o Watchmen que están más valoradas que su primer publicación con America's Best Comics en la que comparte créditos con el dibujante Kevin O´Neill que le da esa imagen casi de fealdad a la historia de Moore que toma personajes de la literatura fantástica victoriana, para reunirlos en un grupo secreto al servicio del MI5 que tienen como única misión salvaguardar al imperio Británico de cualquier amenaza que pueda atentar contra su seguridad.
La selección de los protagonistas es una de los puntos que más he disfrutado de este comic, el tomar personajes no tan populares fue un gran acierto al despertar la curiosidad por adentrarse en las historias particulares de cada uno de los miembros de la liga que los autores definen así:
Mina Murray, protagonista de Dracula de Bram Stoker. Alan Moore: "Necesitaba un personaje femenino fuerte. Mina siempre me ha impresionado por su animosidad. La historia está situada un año después de Drácula, y su matrimonio con Jonathan Harker se rompió tras los hechos de la novela, y desde entonces ha estado amohinándose". Kevin O'Neill: "Mina no es tan exótica como el resto de personajes, no tiene poderes (es una mujer en una época en la cual el género femenino apenas tenía relevancia social o derechos) pero sí gran personalidad: ella es la que manda en el grupo, una dama que gobierna a unos caballeros que jamás dejarían que nadie mandase sobre ellos, que son extraordinarios; es la que hace que las cosas sucedan, el personaje principal."
El capitán Nemo, protagonista de 20.000 leguas de viaje submarino y posteriormente La isla misteriosa, ambas de Julio Verne. Alan Moore: "La mayoría de la gente cree que el Capitán Nemo debería parecerse a James Mason, el actor de la vieja película de la Disney. Pero Nemo es un príncipe indio. Está enojado con el Imperio Británico por lo que ha hecho en la India, por lo que acaba transformándose en un tecno-pirata. Se convierte así en el clásico villano-científico en el grupo". Kevin O'Neill: "Cuando releímos 20.000 Leguas de viaje submarino y La Isla misteriosa nos dimos cuenta de que las descripciones de Nemo eran totalmente contradictorias. En 20.000 leguas... Nemo es un europeo blanco, sin embargo, en La isla misteriosa, seguramente debido a problemas políticos, Verne le da al personaje todo ese trasfondo indio. Alan creyó que estaría bien usar la versión india, que es totalmente opuesta a la imagen tradicional de James Mason haciendo de Nemo en el cine."
Alan Quatermain, protagonista de Las minas del Rey Salomón de H. Rider Haggard. Alan Moore: "Simuló su muerte dos veces en las historias originales, por lo que lo ha vuelto a hacer. La idea era tener el héroe humano y sencillo, el héroe de capa y espada. Así, se convierte en el contrapunto al resto de los héroes de la Liga, mucho más fantásticos". Kevin O'Neill: "Quatermain, si lees los libros, es un anciano adicto al opio, no la imagen típica que tenemos del cine del cazador blanco cachas. Pero, claro, nadie quiere hacer una película en la que el protagonista es un viejo drogadicto.
Dr. Jekyll y Mr. Hyde, de la novela del mismo nombre de R.L. Stevenson. Alan Moore: "He supuesto que las novelas originales podían no haber contado los verdaderos hechos. Así, Hyde simuló su muerte. Pero tras su aparente muerte, el componente oscuro de Mr. Hyde ha crecido, mientras que el componente benigno de Jekyll ha mermado". Kevin O'Neill: "Respecto a Hyde, el propósito inicial de la Liga era narrar la historia del primer supergrupo. La Liga es como Los Vengadores o Los 4 Fantásticos, sólo que en la época victoriana. Alan quería darle a Hyde un aire a La Cosa o Hulk. Nuestro Jekyll se transforma en un monstruo enorme, mientras que en la novela se transformaba en un Hyde que era un ser más bajito, más pequeño, aunque realmente malvado."
Hawley Griffin, protagonista de El hombre invisible de H.G. Wells. Alan Moore: "Griffin es uno de los personajes más desagradables de toda la literatura. Es un perfecto bastardo. Es el opuesto a Hyde. Hyde es brutal, pero de alguna forma simpático. Griffin es un psicópata clásico". Kevin O'Neill: "El Hombre Invisible digamos que no fue el más difícil de dibujar (¡ja!)"
Con la conformación del grupo solo falta una buena excusa para ponerlos en la acción y que mejor que contar con un villano emblemático como Moriarty para ponerle frente a la liga en un primer volumen que cuenta con un entramado cargado de aventuras en los que dos facciones criminales se enfrentan por el control de la ciudad de Londres. Tras esta primera aproximación Moore y O´Neill regresan en un segundo volumen en el que nuestros protagonistas serán parte de la defensa humana contra la invasión descrita por H.G Wells en The War of the Worlds en una idea bastante curiosa pero que se queda algo corta en comparación del primer volumen que se me antoja mucho más simpático. Finalmente se publicaría un tercer volumen con una historia algo más enrevesada que contaba con nuevos personajes y que jugaba con una temporalidad entre los años 1910, 1970 y 2008 dividiéndose en tres arcos argumentales en los que los miembros de la liga intentan detener una secta satánica que como no, busca desatar el apocalipsis.
No podría cerrar este post sin mencionar la adaptación cinematográfica del comic con la homónima The League of Extraordinary Gentlemen (2003) dirigida por Stephen Norrington que tomo la idea general del guion de Moore y la trasformo a su antojo cambiando casi por completo el espíritu de la obra original al introducirnos en una nueva historia, que si bien no resulta tan sobresaliente como lo publicado originalmente, por lo menos resulta una película disfrutable sin mayor pretensión alguna que hacernos pasar un buen par de horas frente a la pantalla. Lastimosamente esta concepción no fue bien recibida ni por el público ni por la critica que la vapuleo con comentarios nefastos que la convirtieron en uno de los fracasos de taquilla más sonados de ese año impidiendo que se gestara la serie de películas que pensaban realizar los productores.
Jeu des échanges, o Juego de Comercio es una “herramienta educativa” que se fabrico en Francia al estallar la Segunda Guerra Mundial con la que se intentaba fomentar en los infantes el deseo expansionista característico de cualquier potencia a principios del siglo XX. El juego contaba con un tablero en el que se representaban los lugares y los recursos naturales en los territorios colonizados por los franceses divididos en tres grandes subregiones: norte de África, Oceanía y el sureste asiático. La mecánica era relativamente simple, iniciabas escogiendo alguna de las subregiones y en cada colonia de tu agrado izabas la bandera francesa, luego establecías un hospital, una escuela y un puerto evitando trampas como la pereza, la enfermedad y la intemperancia de los nativos que podrían llevar al traste la empresa colonizadora. La victoria llegaba entonces cuando lograbas superar todo el “entramado político” de la colonia para enviar los recursos adquiridos de regreso a Francia.
Como ven se trata de un microcosmos que explica a la perfección el funcionamiento de una colonia y como los interés de la madre patria están por encima de cualquier otro elemento, ya sea moral o social con tal de explotar los recursos con los que contase la colonia. Este juego plantea claramente las ideas que posteriormente dominarían la Francia de posguerra en lo que se conoce como la Francia de Vichy y que buscaba dominar el mayor número de territorios posibles en una postura cercana al imperialismo. Sin embargo el juego no deja de ser un objeto sumamente curioso, especialmente por las ideas tempranas que intentaba implantar en la psique de los niños francés que crecían con la idea de una forma de vida repleta de aventuras en lugares exóticos dominados por salvajes nativos, furiosas bestias y alguno que otro pirata que intentaba apoderarse de las ganancias, en un juego que aparentemente, resulta sumamente divertido
Tenía la oportunidad de decidir entre Elysium (2013) de Neil Blomkamp y Oblivion (2013) de Joseph Kosinski, me decante inicialmente por la primera al contar con la dirección de Blomkamp que con District 9(2009) había sorprendido a medio mundo con su historia de refugiados alienígenas varados en Sudáfrica. Tras pasar un par de minutos en los que no conectaba con la película decidí cambiar de registro, era tarde en la noche y sabia que caería rápidamente si no encontraba algo que captara mi atención, por fortuna los primeros minutos de Oblivion resultaron el gancho perfecto al llevarme al año 2077 en una tierra desolada tras una guerra entre los humanos y una raza alienígena llamada los carroñeros que durante la batalla destruyen la Luna dejando al planeta sumido en un caos a causa de los terremotos y tsunamis que la falta del satélite natural produce. Esta situación lleva a los humanos a tomar su arma más poderosa desatando un ataque nuclear que les otorga la victoria pero que deja el planeta casi inhabitable condenando a los últimos reductos humanos a trasladarse a Titán, una de las lunas de Saturno que se convertirá en el nuevo hogar de la humanidad. En la tierra quedaran unos cuantos humanos encargados de proteger una serie de hidroplantas que se encargan de convertir el agua de la tierra en energía que será enviada directamente a Titán.
Esta premisa más cercana a la ciencia ficción pulp será explotado a lo largo del metraje por Kosinski que se había planteado inicialmente realizar una novela gráfica con esta historia hasta que los productores de Hollywood le compraron la historia dejando la publicación de la misma en un eterno stand by aunque hábilmente la película fue promocionada como una producción basada en un cómic, herramienta que por estos días resulta muy rentable y que sumada a la presencia de una estrella como Tom Cruise aseguraban aparentemente un éxito en la taquilla. Sera entonces Cruise en el papel de Jack Harper quien nos guiara inicialmente por su día a día en la tierra mientras repara los drones encargados de proteger las preciadas hidroplantas que son constantemente atacadas por los carroñeros sobrevivientes. En su misión no estará solo, lo acompaña Vika encarnada por una guapísima Andrea Riseborough que se encarga de las comunicaciones entre Jack y el Tet, una estación espacial que sirve como puente entre la tierra y Titán con la que Jack parece mantener una relación amorosa.
Así nos pasmos la primera parte del metraje en la que el director nos regala planos de la tierra desolada mientras que Jack se dedica a reparar algunos drones, momento que sirve para conocer mejor la personalidad del protagonista que se presenta como un amante de la tierra y que se cuestiona su traslado a Titán tras el final de la misión. Esta aparente calma se rompe con la llegada de una capsula espacial con varios astronautas en estado de criogenia la cual es atacada por los carroñeros a los que Cruise se enfrenta con la ayudad de un drone que en plan Rambo arrasa con todo a su paso (astronautas incluidos) dejando como única sobreviviente a Julia Rusakova una cosmonauta rusa en la piel de la maciza Olga Kurylenko que será llevada a la base de operaciones en la que reside Jack causando los celos de Vika en un momento medio forzado que no aporta demasiado, aunque resulta el disparador perfecto para que Kurylenko y Cruise partan de nuevo en busca de la caja negra de la capsula espacial allí serán capturados por los carroñeros que se revelan como humanos y no como los extraterrestres invasores que Jack creía.
Este grupo es dirigido por Morgan Freeman que resulta ser un veterano de la guerra, pero no de humanos contra alienígenas, por que el giro de tuerca que Kosinski nos tenía preparado es que todo lo que sucede en la tierra es una tapadera de la estación Tet que resulta ser una especie de trasnformer espacial que lo único que quiere es secar la tierra para convertir su agua en energía. De ahí en adelante se nos irán revelando los secretos de lo que realmente ocurre en la tierra y de cómo estos afecta la percepción de Jack que se debate entre creer en la nueva realidad que le es revelada o en mantenerse en su burbuja donde nada puede salir mal. Punto que sirve de partida para una carrera final que si bien esta cargada de clichés y nos deja con un final políticamente correcto cierra con altura una película que parte con una premisa ambiciosa que se va perdiendo conforme pasan los minutos pero que como resultado global resulta una película totalmente disfrutable gracias al buen hacer del director que sabe cómo mantener la atención del espectador así sea con ideas sacadas de la chistera de un mago.
Val: Steggie. Stegman: Hola, Val. Traté de llamarte...pero debes haber cambiado tu número otra vez porque no pude. Val: Nunca te di mi número original, Steg. ¿Cómo era este tipo? Stegman: Bueno, tenía cabello oscuro, ojos azules. Parecía un cavernícola el muy maldito. Val: Bueno, si Lynn está muerto, quizá nos hizo un favor. Stegman: Entiendo, pero voy a ganar mil dólares menos al mes. Val: Quizá podamos arreglarnos. ¿Te dio su nombre? Stegman: Me dijo que se llamaba Porter. Val: oh oh oh oh ¿Venía en nombre de Porter? Stegman: No, dijo que él era Porter. Te diré algo. Tampoco me gustaría que este buscándome. Sé cómo debes sentirte. Val: ¿Qué soy yo? ¿Un don nadie? Stegman: No. Val: Tengo amigos. Sólo tengo que señalar. Tomo un teléfono, digo su nombre y es hombre muerto. ¡Y esta vez para siempre! Stegman: Está bien, Val. Trata de bajar la voz, ¿de acuerdo? No pasa nada. Val: ¿Qué dijo de mí? Stegman: Sólo. Nada. Sólo dijo que le debías dinero. Val: ¿No te dijo por qué? ¿Nada más? Stegman: Nada. ¿Por qué? ¿Cuánto le debes? Val: Eso a ti no te importa. Stegman: Bueno, yo sólo…Me dio la impresión de que quería matarte, eso es todo. Val: Dios. Porter. Stegman: ¿Qué? Val: ¿Qué le dijiste? Stegman: Nada. ¿Qué le podía decir? Val: ¿Le contaste del dinero? ¿De la heroína? Stegman: Él la tenía encima. Yo sólo… Le dije que yo la entregaba. Val: ¿No le dijiste nada más? Stegman: No sé nada más. Val: No, le diste algo. Un nombre, tal vez. Aguien que sabe dónde encontrarme. Stegman: Te lo juro, Val, por mi madre... Val: ¡Al diablo con tu madre! Stegman: Eso no está bien. Ahora, ¿por qué no intentas calmarte? Val: ¿Qué demonios estás mirando? Stegman: Cálmate. Val, no. Vamos. No otra vez. No hagas eso. Val: ¿Qué demonios estás mirando? Stegman: No, Val, no. Vamos. No otra vez. Vamos, olvídalo. Mesero: ¿Hay algún problema aquí? Stegman: No, ¿sabes qué? Nosotros…Nosotros… Ya nos íbamos…Ya nos vamos. Sabes qué, Val?. Yo pago esta vez. Val: ¿Acaso me viste tratando de sacar mi maldita billetera? Stegman: No.
Payback (1999) Es una de mis películas favoritas de la década de los noventas, su guion siempre me pareció fascinante, pero hay algo que se me quedo grabado a fuego y fue la conversación entre Val Resnick y Arthur Stegman, el primero némesis de Porter encarnado por un invencible Mel Gibson y el segundo un delincuente de poca monta que busca agradar a cualquier costo a quienes están más arriba de la escalada criminal. Así es como se desarrolla esta genial conversación entre la prepotencia de Val y la casi inocencia criminal de Stegman que termina con ese contundente: ¿Acaso me viste tratando de sacar mi maldita billetera?, esa frase me ha acompañado durante años como seña particular de la película, siguiéndole la pista cuando por casualidad pude ver Point Black (1967) protagonizada por Lee Marvin y que se me presento en ese momento como la versión original de la película protagonizada por Gibson la cual me resulto sencillamente correcta dejando de lado los grandiosos momentos que Payback me ofrecía. El asunto quedaría zanjado hasta que me encontré con Richard Stark's Parker: The Hunter, comic realizado por Darwyn Cooke y que tras pasar unas cuantas páginas me haría saltar del asiento al darme cuenta que era la misma historia de Point Black y Payback, de inmediato me remití a la información de la contraportada y ahí me entere que todo ese universo había sido creado por Richard Stark (alias bajo el que se esconde Donald E. Westlake) y que lo que tanto había disfrutado solo era la punta del iceberg con la primer novela de Parker llamaba The Hunter (1962) dejándome con los dientes largos para adentrarme en sus páginas para encontrar ese momento que tanto aprecio y recordar nuevamente el: ¿Acaso me viste tratando de sacar mi maldita billetera?.
Hey!, esto esta bastante bien. Pero ¿qué pasa con todas estas cosas viejas aquí en tu habitación virtual?. Parece que los 80 vomitaron aquí.
Uno de los libros más atrapantes que he leído en los últimos años es Ready Player One, opera prima de Ernest Cline autor del guion de la divertida Fanboys (2009 ) que en esta oportunidad nos introduce en un mundo azolado por los cambios climáticos en el que la sociedad se ve sumida en una fuerte crisis gracia a la extinción de los combustibles fósiles. En un mundo tan caótico la población busca vías de escape para soportar su existencia, así nace OASIS un mundo virtual en el que el usuario se conecta con unos guantes y un casco háptico que hace que tengan la sensación de estar allí. En esta realidad encontramos a nuestro héroe Parzival, un adolescente que pasa la mayor parte del tiempo en el mundo virtual, allí como la mayoría de usuarios se dedica a la caza del Huevo de Pascua un tesoro escondido en medio del vasto mundo OASIS por su creador James Halliday que tras su muerte dejo como testamento una única pista para encontrar una de las tres llaves que conducen al ansiado tesoro.
Uno de los momentos más geniales del libro, una batalla épica entre los robots más emblemáticos de los 80´s
Sera Parzival quien encuentre casi por casualidad la primera llave, lo que le traerá el reconocimiento mundial a su avatar al develar tras cinco años la primera de las llaves ocultas. Por supuesto este hallazgo traerá consecuencias a la vida de Parzival que verá como se desata una carrera por alcanzarle y encontrar las llaves restantes a toda costa llevando a nuestro héroe a encontrarse en el camino con entrañables aliados y feroces rivales que irán alimentando la historia de manera sugerente. Hasta ahí digamos que todo parece más o menos una trama recurrente dentro la ciencia ficción, pero lo interesante de la obra de Cline es el uso de esta historia casi como excusa para crear una canción de amor a la década de los 80´s, en ella encontramos referencias a Blade Runner, Juegos de Guerra, Cindy Lauper, Indiana Jones, Godzilla, los Goonies, la Atari 2600, Mathew Broderick, Regreso al futuro, Star Wars, Star Trek, El Señor de los anillos, Ultraman, World of Warcraft, Dragones y Mazmorras, Voltron y un largo etc de películas, series, vídeo juegos, comics y hechos significativos de la década de los 80´s que el autor incrusta sistemáticamente en la trama de la historia que resulta todo un deleite para aquellos que disfrutamos con la iconografía de la época.