Jack: Necesito que me expliques qué estás pensando dentro de tu cabeza Jhon, necesito saber por qué crees que esa cosa no iba...
Locke: Iba a ponerme a prueba.
Jack: ¿A prueba?.
Locke: Sí. A prueba. Ya sé por qué tú y yo a veces no coincidimos, Jack. Porque eres un hombre de ciencia.
Jack: Sí. ¿Y tú qué eres?
Locke: ¿Yo?, yo soy un hombre de fe. ¿De verdad crees que esto es accidental?, que nosotros un grupo de extraños sobrevivimos…. la mayoría con heridas superficiales. ¿Crees que nos estrellamos aquí por casualidad?, en este lugar!. Nos trajeron por un propósito, por una razón. A todos, a cada uno de nosotros nos han traído por una razón.
Jack: ¿Nos trajeron?, ¿Y quién nos trajo, John?
Locke: La isla, la isla nos trajo aquí. No es un lugar normal, sé que te has dado cuenta. La isla te eligió a ti, Jack, es el destino.
Jack: ¿Hablaste con Boone sobre el destino, John?
Locke: Boone fue un sacrificio que eligió la isla. Lo que le pasó a la avioneta formaba parte de la secuencia que nos trajo aquí, que nos condujo por un camino, nos condujo a ti y a mí hasta este día y este momento.
Jack: ¿Y dónde acaba el camino, John?
Locke: El camino acaba en la escotilla. La escotilla, todo ha pasado para que podamos abrirla.
Jack: No. Vamos a abrirla para poder sobrevivir.
Locke: Sobrevivir es relativo, Jack.
Jack: Yo no creo en el destino.
Locke: Sí que crees, solo que aún no lo sabes.
En estas cuantas líneas esta descrita a la perfección la línea temática que guiara Lost durante todas sus temporadas, la dualidad entre ciencia y fe se mantendrá a lo largo de la serie y todo empieza justo en este momento, cerca del final de la primera temporada cuando Jack y Locke nos regalan uno de los momentos más emblemáticos de toda la serie en el cual se destapan todas las cartas, abriendo así, un abanico de posibilidades inmenso que nos tendrá aferrados a la pantalla durante seis años teorizando capitulo tras capitulo intentando entender que rayos está pasando en esa isla.
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